Desde que se forma una
ciudad, especialmente hace unos siglos, suceden muchos acontecimientos en las
cuales las personas no encuentran lógica al asunto y dan por respuesta la
presencia de seres que viene del inframundo a espantar a los habitantes para
luego ser divulgadas de generación en generación y escuchadas a oídos de muchos
interesantes al asunto de saber dicha experiencia horrorífica de ellos. Hay
algunas leyendas que sigue en pie hasta ahora como hay otras que están detrás
de la muralla del olvido, esto es dado porque debido a las construcciones y a
la tecnología que el hombre da prosperidad día a día, ocultan el lugar donde
alguna vez dicha materia sobrenatural se presenta y la gente cambia
rotundamente su forma de pensar olvidando todo pasado que le venga y dar una
nueva vida en función a los años que transcurren hasta ahora.
Es así que en la
localidad de Coishco, una leyenda está en peligro de extinción y no doy paso a
que se siga escondiendo para siempre.
Antes que nada,
Coishco es un pueblo pesquero, que a pesar que está cerca a Chimbote (la
capital de las pesca y el acero y por ser el mejor puerto pesquero del mundo en
los años 70) no es muy conocido por la gente, salvo por los habitantes de la
Región de Ancash. La mayor parte –cerca al mar-
lo ocupan las grandes empresas relacionadas con producción a base de
pescado, haciendo que desde que entras
al pueblo, hasta que salgas, solo ves a tu alrededor el humo y un olor
pestilente a atún provocado por el descuido y el mal manejo que tienen en la
industria pesquera de dicha localidad.
Antes que se
construyera dichas fábricas industriales, que solo, para algunos habitantes dan
incomodidad, Coishco simplemente era un pueblo con la gran cantidad de tierras
en base a la agricultura, unas grandes hectáreas de tierra que le daban un buen
panorama. De noche era un lugar muy oscuro, tanto que a los pobladores les daba
miedo salir de sus casas por alguna presencia de algún ente paranormal.
Es ahí, en donde
muchos de la población en aquellos tiempos, tenían miedo de ver a una figura en
forma de asno, solo andaba por las haciendas dando el temor de la gente, que
algunos piensan que es el demonio disfrazado en animal, otro el fantasma de un
animal merodeando. Dicho ser espeluznante se llama “La Burra Blanca”.
Muchos de la gente –en
especial los de avanzada edad- me relataron una horrible experiencia de dos
muchachos que vieron a ese horrible ser y que casi los mata de susto.
Era aproximadamente
los años 80, dos jóvenes, en estado de ebriedad, después de salir de la fiesta
a las altas horas de la noche, tuvieron que cruzar la hacienda para llegar a su
domicilio. Es así que en medio del camino, uno de ellos se va al árbol a
orinar, mientras que el otro lo esperaba para que se vayan a su destino; cuando
a una distancia de 20 metros, ve a un asno comiendo el pasto tranquilamente
bajo la briza de la temible oscuridad, el joven, como todo hombre ebrio, lo
lanza piedras y le da unos tremendos insultos al pobre animal, el burro al oír
esto se acerco mas y mas a dicha persona hasta una distancia adecuada, el joven,
lo escupió y al momento de tirarle con un palo que tenia, la figura del animal
empezó a brillar como el blanco fluorescente que enciendes en tu casa, luego de
presentar dicho brillo, se transforma en una figura, algo similar a la figura
de la macarena (Ver leyenda “la macarena”): Cuerpo de toro, patas de gallina y
un rostro que nos daría un gran miedo. El joven al interactuar con tal imagen,
dio un grito de ayuda y se desmayo del susto. Su amigo después de orinar, se
asusto al oír el grito del joven, cuando se voltea, solo ve al animal
retirándose del joven desmayado, el –por
querer cobrar venganza por el ataque de su amigo- le lanza piedras al burro. El
animal se le acerca y se presenta como se le presento a su amigo. El joven,
armándose de valor, hizo como toda persona ve algo aterrador, huir. Sin
embargo, por el cansancio que tuvo por la excesiva ingesta de alcohol que se
dio en la fiesta, se queda dormido en medio del camino.
Al día siguiente, los
pobladores los encuentran a ambos dormidos en la hacienda, uno de ellos votando
espuma por la boca mientras que el otro aun en estado de ebriedad. Hasta que se
despierta el primero, es así que con la grata sorpresa de la mirada de la
gente, dio un grito aterrador: ¡Vi a Satanás!.......EL otro muchacho, mas tarde
se despierta, y comenta los acontecimientos que vivió aquella noche aterrador.
Dicho animal que experimento ver coincidía con el animal que veían los
moradores de la zona, es allí donde lo nombraron el nombre de la leyenda “La
Burra Blanca”.
Bueno, ese es el
relato que me dio a conocer dicho habitante de la zona, y también e comento que
cada noche, si algún poblador veía al animal, lo único que tenía que hacer era
huir.
Desde que se instalo
las fábricas pesqueras a partir de los años 90, el relato poco a poco se ha ido
desapareciendo. Algunos vigilantes dicen haber visto, pero la gente adulta, por
ignorancia, ya no lo tomaron importancia al asunto. Es así que la historia solo
fue apoderándose del olvido de la gente.
Actualmente ya no existe la presencia de dicho
animal, me di la valentía de vagar por esos lugares a la medianoche, pero no vi
nada. Solo queda como recuerdo la experiencia de mucha gente que vivió antes de
la construcción de las fábricas pesqueras. Gracias a los pobladores que me
relataron esta inolvidable leyenda. Que tengan unas buenas noches.
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